Cuando un artista trabaja la materia para darle forma está ejerciendo su dominio sobre el elemento; está luchando por someter la materia a la estética y está haciendo llegar al público, a través de una forma, una idea, un pensamiento, una manera de contemplar la realidad. A veces, esta realidad se expresa a través de la forma abstracta sin que ello reste veracidad a la obra; a veces, la escultura muestra un aire de fantasía con la que su creador ha querido decir al público cuál es la autentica sensación que le produce una visión o un pensamiento. En definitiva, es una manera de expresar lo que se siente, lo que se intuye o lo que se ve.
Doblegar la rigidez para convertirla en forma de suavidad redondeada, sin aristas, templada, que mantiene la calidez y la nobleza del material, sea bronce, madera o piedra. Las manos del escultor dan forma a la materia para presentarla al público con la misma pureza de su estado primitivo, pero con la estética de la idea que el artista concibió.
A través de los años, el artista va también esculpiendo su personalidad, su manera de ver las cosas, de concebirlas, y esa experiencia es como un soplo que va transmitiendo a su propia obra. Eso es lo que llaman los críticos la evolución, el enriquecimiento de la personalidad escultórica; la formación para trabajar con los elementos, añadiendo a su técnica el conocimiento de oficios artesanos para amansar el carácter cimarrón de los materiales.
Las series Osamentas, Orgánica, Arbóreas, Totems, Germinaciones, Encuentros y Gallinetas. Y otras, digamos de temática libre, como “La Manzana de Eva”, donde la serpiente , representada en sutil espiral, trepa sobre el firme tronco del ciprés hasta alcanzar la fruta prohibida, o el Trino Saurio, en madera de Caobilla, que se aúpa en jurásico movimiento sobre sí mismo, son algunas de mis creaciones que dan muestra de esa evolución. Pero igual podríamos decir de las esculturas en bronce o en piedra, que dejan ver también la huella del tiempo en el tratamiento de estos, a veces, delicados materiales.
Me gusta que, a veces, el espectador de mis esculturas tenga la sensación de que devuelvo la materia a su origen primitivo, porque ese es mi compromiso con el medio, y así la materia como tal sólo es un vehículo para transmitir una idea y hace posible que ambas, materia e idea, prevalezcan.
José Luis Fernández